Casa de Poesía Silva




Antonieta Villamil lee su poema ADORADA BACATÁ, escrito en 1984 al salir de Colombia, lo pega aquí en versión final. Invitada por María Mercedes Carranza a presentar su poesía en el marco del Festival de Poesía de Bogotá.


ADORADA BACATÁ pertenece al libro EL IMPERIO POR UN POEMA publicado por Vagabond en 2019. Página 33.

A mi sur en todas direcciones,
mi bienamada Pachamama, mi
terruño encantado, Colombia;
y a ciudad Kennedy
donde pasé los asombrosos
años de mi infancia.

Con esfuerzo que
me corroe por dentro,
veo a mis hermanos:
amplia calle de domingo
sus sonrisas en sombra
bajo densos árboles.


A/DORADA BACATÁ

Bacatá, yo quiero idealizarte.
      Quiero tocar en la ocarina
de tu arcilla, tu fruta de pasión

y para esquivar tu ácida tierra,
      quiero cultivarme, duraznoso
lulo entre tu fértil piel.

Bogotá, no quiero
      hablar de la rugosa sentencia
de tus jardines de piedra.

De la espesa mano
que acaricia tus amaneceres.

De tu muerte amordazada
      que se dobla en tus esquinas,
con cadenas de colonial saña en los pies.
Qué no sabría
yo que   nací   de entre
tus piernas.

Bogotá, me han recorrido
      tus calles cenicientas.

El dedo de mi mirada ha escrito
tanto en la página gris de tus buses.

Tantos dientes de oro
he imaginado en tus alcantarillas
      que me miran boquiabiertas.

He espejeado tantas estrellas
en esos mares
b o n s á i
de tu pavimento y en cada hoyo

de tus carreteras, reconozco las huellas
de alguien que antes de ser arrancado,
se aferró con tanto ahínco.

Bogotá, Bacatá quiero idealizarte
en la lenta película de mi infancia,
por la que cruza un cóndor
      casi extinto,    tu memoria.

Mis primeros poemas tiemblan,
bajo tus delgados puentes,
      sus perros lacerados,
               que tantas vueltas dieron,

alrededor de tus glorietas, antes
de caer en el sopor de tus tardes.

Bogotá—muisca,
Bacatá—española,
muisca—blanca,
mora—muisca,
morena—blanca,
roja de arcilla.

Tu alma en una mochila ataviada de esmero,
      con tus sueños en orquídea
               acaricias el musgo en las puertas
de un huérfano Atenas que se blinda.

Bogotá, tus calles
               circulan un adiós
rayándose en tocadiscos.

Bacatá, caza-dora al acecho.
Las ranas doradas de tus carnadas,
      brillan en la oscuridad
               con la última luz en el ojo.

Yo quiero idealizarte.   No quiero
hablar de tu manera tan llana

      de acorbatar el cuello
                         y esconder la daga.

Yo quiero idealizarte Bogotá.
No   quiero
hablar del oscuro fuego entre tus campos
ni de tus parques donde da fruto el cemento;
de tus flores metálicas,    abriendo capullos
disparados con perfume a quemarropa.

Idealizarte Bacatá!  No hablar
de tus hijos que crecen
adheridos al pegamento
en la grieta de tus ladrillos.

Quiero hablar de tu gente que trabaja,  
               de tu gente compasiva
y de la almendra de tu ternura,

aunque para llegar a ella
      haya que amistar
con tus espinos
y vigilarlos
p a r a p o d e r
mirar tu rosa.   Mirar.    Sólo esto.

Bacatá,    mi adorada Bogotá,
yo quiero idealizarte,
aunque el papel

pueda má$.

Abajo-Recortes de los periódicos El Espectador y El Tiempo de Bogotá de 1981: Primer recital de Antonieta en La Alianza Colombo Francesa, 1984 y 1985.

Primera Versión del poema enviado por la autora desde Miami: DE LA QUE SUEÑA SU REGRESO (Dedicado a José Manuel Arango pensando en La María de Isaacs) a Crónica de Los que Sueñan: POETAS DE VEINTE AÑOS Por Julio Daniel Chaparro.


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