21 POETAS POR LA PAZ / 21 POETS FOR PEACE edited by Leticia Luna


 


21 POETAS POR LA PAZ / 21 POETS FOR PEACE edited by Leticia Luna and published in Mexico by UJAT and La Cuadrilla de la Langosta in 2016. 

Poemas de Antonieta Villamil: Páginas-Pages 111-116. 

Versión final de poemas escritos originalmente en Español. 
Originally written in Spanish, finished version. 

Poema País Al Viento (prosema en 10 partes, anécdota, novena y décima).

País Al Viento

novena con anécdota y décima de encantamiento para levantar tierra

 

Anécdota

 

Más un guiñapo

del desencanto que triste,

aquel joven dijo: mire seño,

yo no pido limosna;

no quiero nada para mí.

 

A quienes amé y lo que pude

haber tenido, todo lo perdí.

 

Usted que sabe decir las cosas,

vea… escúcheme, escriba

una novena por el desplazado…

 

Y se alejó.  Me pregunto

si escuché mal y habrá

querido decir novela...

 

Esto es, lo que al reconocerme

en su rostro, sus ojos,

vislumbro y escribo para invocar

y provocar el cambio.

 


Primera

  

Llegamos a estas tierras trayendo a cuestas

en azarosos funerales el destierro.

 

Llegamos de luto blanco, pantalón,

guayabera, pañuelo de soga roja al cuello,

disimulando en inciertas nupcias la tristeza.

 

Vamos llegando tan cercados de tan lejos;

uno por otro     y deshechos

en sangrienta urdimbre de anécdotas.

 

Segunda

 

Despojados celebramos, una ceniza de paz

para que resplandezca, luna deshabitada

entre orquídeas, tequila y aguardiente.

 

Luna desierta a quien ofrecemos

plasma de exilio en sangría de mora

para aliviar esta sed de rabia,

más rancia que el hambre.

 

Trasplantados atestiguamos por ella.

La celebramos brizna en paz,

hija violentada de un país al viento.

 

Tercera

 

Una sobra la paz,    esposa quebrantada

de un país al viento, verla a merced

de una jauría que a puño falso,   positivo

le improvisa frenética orgía de huesos.

 

Luna desplazada verla bailoteando,

cumbia y corrido de violenta saga, 

mapalé y joropo de distantes amores. 

 

Saberla desamparada intentando

un tango en despedidas sin regreso.

 

Cuarta

 

Para ella,     la paz; buscamos

un rostro en todos los rostros.

Escuchamos al hombre del acordeón,

narrar el vallenato de este viaje 

a los infames países del abandono. 

 

Los países de la huída que levantan

una nube cubriendo los zapatos,

los pulmones, la mirada;

con la fina materia del desarraigo.

 

Y a tararear un mariachi en rock-and-roll

en desahogo, se asimilan nuestros pies, 

sobre una nube de tierra levantada a fuerza

de zapatear   contra el paso de la muerte.

 

Quinta

 

Llega adonde te lleven las líneas en tu mano,

dicen tus estrellas.    En puño cerrado

contra el pecho, llevas el olor de tu tierra

mezclada a la ceniza de tus muertos.

 

Llaga de tierra desplazada hecha zapatos

después de un largo viaje.

 

De tu tierra   una nube de impunidad

va encubriendo en saga

de interminable plasma los telediarios.

 

Por la paz este aullido de memoria,

se baraje a entonar una canción

que levante tierra, a tu país al viento.

 


Sexta

 

 

Y alzando tierra a este país al viento,  

un guiño de sal te atrapa la mirada,

cuando el olor a pincho y patacón,

te devuelven los paseos

por las ricas tierras de la patria.

 

El aire, un torbellino de pandequeso

y almojábana, sol de choclo

y lunita empanada de maíz blanco

entrando a las bocas.

 

Nos devuelve a la infancia,

el nostálgico almíbar de arequipe

sosteniendo la fragilidad de una oblea.

 

Cuánto extrañaríamos las sencillas cosas.

 

Séptima

 


Cuánto extrañaríamos blanca pulpa

de guanábana, un pintao con pan

fresco, jugo de tomate de árbol.

 

En tierra extraña encontrar entre

especies disecadas, una pitaya.

 

Y a la paz, boca para esta sed

de permanencia, sorprenderla,

mirando por el rabillo del ojo

en blindada inapetencia.

 

Sin hambre, la paz,

jugando a rompercabezas.

 


Octava

 

 

No se te antoje esponjado de curuba

o tan siquiera agua raspada

que tendrás que beber a escondidas

la enjuagadura de la distancia.

 

Y es que a la paz hay que prenderla,

hay que arrebatarla de sed sin armarla

de guiñapos, sin inventarle botellas vacías

en mar de cuchillos y espaldas.

 

De otra manera la paz, habrá

de sorprendernos, masacre de flor común

a moscardones en fosa de bocas abiertas.

 


Novena

 

 

País al viento

levantemos huracán de sed y hambre,

por esta paleta de lulo

en petardo cáustico que es la paz,

 

para ingerirla y reinventarla paso a paso,

aunque nos carbonice el alma,

aunque nos desaparezca las manos y el habla.

 

Levantemos tierra a pulso, a tientas,

de memoria, de la forma que sepamos.

 

Levantándola, ay país al viento.

Levantemos tierra levantándola…

 


Décima

 

 

Este encantamiento levante tierra.

Nade en agua de un solo río varias veces,

se queme varias veces en llamas

del mismo fuego;     sobreviva

todas las conflagraciones.

 

Antes de mirar hacia atrás,

con la fuerza urgente de su nombre diga:

 

“la ceniza escriba” y arda lento

peñón de tiempo en la sal,

mar suspendido preñado de memoria.

 

Hecho canción o escrito a mano, depurado

en su propio fuego, inspire cambio

 

y quien lo escuche o lo lea, actúe

por la paz, lleve en la boca este hechizo

de magia azul,  

                        así sea…


 



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